El Miércoles 6 y Jueves 7 de octubre tocó Regina Spektor en el teatro Gran Rex. La pianista y cantante ya tiene seis discos editados y se presentó por primera vez en nuestro país. Si bien estaba previsto una sola fecha se tuvo que agregar una segunda función (para el día anterior) por lo rápido que se vendieron las entradas para el día 7. Me siento a escribir la nota respectiva para los lectores 3v1l, y repentinamente me quedo sin palabras.
¿Por qué me cuesta tanto escribir sobre el recital de Regina Sepktor? Porque es difícil encontrar las palabras que describan esa emoción que te lleva a estar en el borde del asiento, con el cuello tenso y los dedos hinchados de la alegría. ¿Cómo se explica que uno se ría al escuchar que Mary Ann es una yegua? Puede ser porque en el fondo ella nos cae bien, o porque nos vemos en esas actitudes. En cualquier caso son sonrisas complices. Y también lo hacemos porque en algún momento íntimo de boludez extrema todos hayamos considerado probar el jabón para ver como sabe. Aunque en lo personal me alcanzó probarlo por accidente en la ducha. Todos nos enamoramos de un pendejo/a idiota que no quiere ni a la madre, y quisimos gritarle en la cara sus verdades. Todos nos reíamos con Dios, y todos queremos ver nuestros nombres en una estatua en algún momento de la vida.
El encanto de Regina, es justamente ser honesta y directa. No le da vueltas al asunto, ni habla de personajes perfectos y acabados. Habla de gente común, llenos de errores. Personas despistadas que hacen lo que pueden o lo que les sale, que son ridículas y que lo muestran sin vergüenza. Son letras sinceras que giran alrededor de varias preguntas que uno se hace mientras el tiempo avanza. Muestra escenarios reales, donde la gente común y silvestre vive. No hay historias heroicas en ella. Y lo mismo representa con la música: melodías simples y alegres, que acompañan esos cuentos cortos que narra en cada canción.
Sin duda su fuerte está en su voz más que en el piano, en su voz y la presencia. En el escenario se veían pocos instrumentos y durante la primera mitad del recital estuvo acompañada por músicos en batería, violín y violonchelo. Para la segunda parte estuvo sola en el escenario animándose a un tema a capela. Regina es simple como sus canciones también: no tiene gran producción en su atuendo, parece tímida por su tono de voz, siempre bajo para hablar. Pero sorprende con las notas que alcanza en sus canciones y por los chistes inocentes que hace. Es de esas personas chiquitas que suben a un escenario y se hacen grandes en un instante. Ocupa todos los espacios y capta la atención.
Desde el primero hasta el último tema fueron acompañados por palmas de un público que tenía los rostros cubiertos de luz. Maravillados por la música y hechizados por las luces que salían desde el escenario para todos lados aprovechaban los momentos de silencio para jurarle amor eterno.
Fue uno de esos recitales que resultan cortos, de esos donde te vas a tu casa totalmente nuevo. Estimulado, pensando en todo lo que viste y oíste y todo lo que sugiere. Te vas queriendo ser su amiga o su amante. Probablemente haya muchas cosas para criticar. Pero lamentablemente escribo como una fan más que disfrutó muchísimo una noche donde a pesar de que quedaron grandes temas afuera, la mayoría fueron hits perfectamente interpretados. La objetividad se la dejó a cualquiera de ustedes que haya ido.
PD:
La foto más pobre de todas es original del día 6/10/10, y se ve mal porque está humilde servidora es pobre tanto para sacar una entrada que no sea la más barata, como para comprarse una cámara digital que no sea de la prehistoria. Se encuentra incluido por una cuestión de veracidad y pertinencia periodística, nada más.
Un pensamiento en “Noches Rusas en el Rex: Regina Spektor en Argentina”