Si bien los fanáticos de la saga de Monkey Island sabemos que sus días de gloria han quedado atrás, y que ningún nuevo capítulo será tan bueno como los desarrollados por Ron Gilbert, hallamos una luz de optimismo al enterarnos del lanzamiento de “The Secret of Monkey Island: Special Edition“.
Paradójicamente, esta aparición coincide que la salida de un nuevo juego de la saga: Tales of Monkey Island, un título multiepisódico de Telltales Games. Esto genera una división entre los seguidores. Por un lado, se encuentran aquellos que prefieren las nuevas cualidades de la edición del juego original, y por otra parte, aquellos que esperan un juego igualmente entretenido que el primero, a pesar de la constante critica hacia los gráficos 3D. De igual modo, puede atraer a un nuevo público gracias a la fresca renovación de sus imágenes y su sonido, manteniendo la originalidad del juego.
El juego es una remake de The Secret of Monkey Island, originalmente extendido en 1990, para PC y Xbox Live Arcade, desarrollado internamente por Lucasarts y lanzado el 15 de julio de 2009. La Special Edition presenta nuevos diseños de los personajes y entornos pintados a mano, siguiendo el estilo del original, exhibiendo nuevos gráficos de alta definición (1080i widescreen). Así, los escenarios cobran un cambio que permite al jugador obtener detalles más nítidos de los escenarios, manteniendo la imagen original, pero agregándole detalles artísticos que le dan aun mas presencia al juego.
Asimismo, es posible cambiar entre la presentación original en 256 colores y la nueva versión de los gráficos sin interrumpir el desarrollo del juego. Esta remake también permite escuchar el MIDI original, reemplazando el sonido nuevo con los efectos de sonido del ambiente, con la consecuente pérdida de la voz de los personajes.
Ya que nos involucramos en el área del sonido, podemos mencionar que la característica más sobresaliente de esta remake es la posibilidad de escuchar las voces de los personajes, detalle que hace que el fanático vuelva a prestar atención a cada diálogo. De esta manera, los principales actores de voz de The Curse of Monkey Island interpretan a los protagonistas otrora mudos, encontrándonos a Dominic Armato como Guybrush, a Alexandra Boyd como Elaine, y a Earl Boen como LeChuck.
En cuestiones de jugabilidad, la tabla de las acciones y el inventario que anteriormente ocupaban la parte inferior de la pantalla han desaparecido, siendo reemplazadas por nueve opciones de acciones que pueden ser activadas pulsando la tecla “Control”. Si bien al principio puede resultar un tanto incómodo, se trata básicamente de la misma acción que realizábamos al seleccionar la acción al fondo de la pantalla. También se ha incorporado una guía de ayuda: al presionar la tecla “H”, aparece una oración que nos va ayudando a como progresar en el juego.
La única crítica que se me ocurre hacerle a esta remake es en el diseño y las animaciones de los personajes: da la impresión que los artistas intentaron atenerse a un trazo y una movilidad de los personajes cercanos a la época en que se desarrolló el juego original. Debido a este motivo, los protagonistas carecen de expresiones, continuando siendo toscas, así como el desplazamiento de los mismos por el escenario. Por instantes, pareciera que los personajes flotan, y en los momentos en que giran la cabeza, parecerían haber dos cabezas, una mirando para cada lado. No se trata de un error de Lucasarts, sino que fue la decisión hacerlo así, para que mantuviera lo más fiel el manejo de los protagonistas originales.
Para los nostálgicos, para las nuevas generaciones, para los que siempre quisieron jugar a The Secret of Monkey Island: esta es la oportunidad de disfrutar del mejor juego de aventura gráfica de todos los tiempos, en una versión mejorada.
PD: Los diseñadores decidieron agregar un acercamiento a Spiffy, el perro del Scumm Bar, que fue borrado de las versiones originales debido a la falta de espacio disponible para el juego. Tan sólo escuchar el monólogo del perro con la voz del actor que interpreta a Guybrush es sublime, así como finalmente verificar quién es el personaje debajo del disfraz de ogro.
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Asimismo, es posible cambiar entre la presentación original en 256 colores y la nueva versión de los gráficos sin interrumpir el desarrollo del juego. Esta remake también permite escuchar el MIDI original, reemplazando el sonido nuevo con los efectos de sonido del ambiente, con la consecuente pérdida de la voz de los personajes.
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En cuestiones de jugabilidad, la tabla de las acciones y el inventario que anteriormente ocupaban la parte inferior de la pantalla han desaparecido, siendo reemplazadas por nueve opciones de acciones que pueden ser activadas pulsando la tecla “Control”. Si bien al principio puede resultar un tanto incómodo, se trata básicamente de la misma acción que realizábamos al seleccionar la acción al fondo de la pantalla. También se ha incorporado una guía de ayuda: al presionar la tecla “H”, aparece una oración que nos va ayudando a como progresar en el juego.
La única crítica que se me ocurre hacerle a esta remake es en el diseño y las animaciones de los personajes: da la impresión que los artistas intentaron atenerse a un trazo y una movilidad de los personajes cercanos a la época en que se desarrolló el juego original. Debido a este motivo, los protagonistas carecen de expresiones, continuando siendo toscas, así como el desplazamiento de los mismos por el escenario. Por instantes, pareciera que los personajes flotan, y en los momentos en que giran la cabeza, parecerían haber dos cabezas, una mirando para cada lado. No se trata de un error de Lucasarts, sino que fue la decisión hacerlo así, para que mantuviera lo más fiel el manejo de los protagonistas originales.
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